Puedo mirar a través del tiempo,
ya conozco la inercia.
La fuerza de tus palabras me guía
en un viaje sistémico.
Mientras procesas todo esto
camino por tu interior,
te transito como el alimento;
con sabor,
nutriendo,
levantando asperezas inevitables
me envuelven tus papilas.
Con eso me basta,
mi fortaleza es así;
puedes descomponerla en texturas
sin reparo alguno.
Crecemos juntos como los manjares,
sustento que se cocina
a fuego,
en tu cazuela de barro.
Sandra Quero Alba
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