MIEDO
Empujó la pesada puerta, pensando si de verdad quería hacerlo.
Subió las escaleras, pensando en cada escalón en volverse y salir corriendo.
Llegó y abrió la segunda puerta y oteó el panorama. No pudo más, se fue, aquel lugar no era el suyo...
No pudo resistir el buen ambiente y la sintonía que se respiraba en aquel sitio.
Juan M. Marchal
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