Quijotes desde el balcón

domingo, 8 de abril de 2018

Una luz terrible

por Enrique Hinojosa

Somos casi oscuridad
Jon Kalman Steffansson

A todaz lucez, era evidente que ziempre fui un poco corto de lucez, y no era por no zer lizto, zino por ir contracorriente y no obedecer buenoz conzejoz de miz zerez queridoz y miz mayorez. Eza ez mi ozcuridaz. Demoztré muchaz vecez miz pocaz lucez. Porque zomoz cazi ozcuridaz, y toda mi ozcuridaz zalió a la luz aquel frío día de una zemana cualquiera.

Farolaz apagadaz ezculpían la zilueta de un enorme pazillo eztrecho e interminable, sin máz luz que un tenue rezplandor a lo lejoz. Me dirigí hacia él. A loz pocoz metroz, ezcuché que alguien ze acercaba, y me crucé con loz ojoz negroz de una vieja zeñora que me advirtió: "¡No zigaz adelante!, ¡hay unaluzterrible al final del túnel! ¡Da la vuelta por donde haz venido!". Como zoy cazi ozcuridaz, hice cazo omizo del conzejo de la zeñora, y seguí avanzando hacia el rezplandor.

Llegaba al final del túnel, el rezplandor crecía y ya cazi podía verze el ezterior. Allí, junto a la zalida del túnel, había doz individuoz, inmóvilez, que miraban hacia fuera. Al verme llegar amboz me dijeron: "No zalgaz. Unaluzterrible eztá llegando y te atrapará zi zalez". "¿Una luz al final del túnel?" repliqué. Dada mi natural ozcuridaz, me decidí a zalir y, aunque volvieron a gritarme que no zalieze del túnel, atravezé el umbral, y zalí.

Nada máz zalir, zentí unaluzterrible que ze dirigía hacia mí. Era unaluzdezcomunal, unaluzdezlumbrante y temible que me empujó con fuerza y me atrapó. Totalmente ezpantado y paralizado, vi pazar mi vida ante miz ojoz mientraz el frío me invadía. Me vi de pequeño, cuando loz otroz niñoz (por mi defecto al hablar) me llamaban "Zanzón el azezino zaduzeo", por no zé qué película que habían vizto una Zemana Zanta -zu ozcuridaz zólo era malizia infantil-. Mi vida dio un zalto y recordé a mi querida Zuzana, cuya ozcuridaz era que nunca zalía zola de "caza"; padecía una ezpecie de agorabofia de la zoledaz. Quizáz por ezo encajamoz tan bien; noz hizimoz zocioz para ziempre y ella zigue brillando con luz propia. Zin embargo, el efecto delaluztemible zobre mí ze volvió ozcuridad y zilenzio. Mi cuerpo ze apagó. Miz luzez ze apagaron.

En el cielo, brillaba con luz ajena una luna que era apenaz una zonriza creciente de gato Chezire; pero yo no llegué a verla. Porque al zalir por la boca del túnel, unaluzterrible ze me vino encima. Unaluz al final del túnel. Un aluz. Un-Aluz. De nieve. Terrible.

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