Vivimos una forma de vida que nada tiene que ver con los orígenes. Cientos de años viviendo de espaldas a la naturaleza, incluso a la propia nuestra. Pero, sin embargo, existe una querencia sutil y discreta en el ser humano que le hace añorar constantemente esa otra forma de vivir, integrado, mimetizado con su entorno. ¿Dónde y cuándo se produjo esa inflexión que nos llevó por el camino equivocado?
Hoy nuestra amiga y compañera Sandra Quero ha querido asomarse a nuestro balcón con un texto para reflexionar.
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