Quijotes desde el balcón

martes, 12 de enero de 2010

5:38

Frenó en seco. Estaba justo delante de la puerta. Con la maleta tirando de él (más que al contrario) y guiándola a través del barro que servía como entrada a la imponente estación, se giró. Estaba completamente solo. ¿Cómo no iba a estarlo? Entre otras muchas razones, por la hora que era. 5 de la mañana. Su tren partía en media hora, el tiempo justo para tomar una decisión. Una de verdad, no como todos esos cambios de opinión que había tenido durante toda su vida. Al fin y al cabo, su juventud e inexperiencia lo salvaron de tener que tomar decisiones como aquella que le había llevado a esa hora a la estación de tren.
Finalmente, tras cinco minutos observando las puertas de cristal y la vacía estación a través de éstas, decidió entrar. Qué más daba ya. Después de tanto… ¿Cómo pudo llegar a ocurrir todo? ¿Qué fue lo que le hizo que, en este momento, tenga que estar decidiendo si coger un tren al fin del mundo?
Entró en el vestíbulo. El imponente mármol blanco, presente en cada milímetro de aquel lugar, lo hacía sentirse tranquilo, casi como si estuviese en el cielo. Unas enormes escaleras, de mármol blanco guiaban el vestíbulo hacia las oscuras y lóbregas vías del tren. Unos pasamanos de oro aportaban elegancia y majestuosidad a toda aquella masa de mármol blanco. A los lados, cafeterías que abrían sus puertas ofreciendo un café matutino a los madrugadores viajeros, y un quiosco que comenzaba a ordenar impecablemente los periódicos y los titulares de aquel 16 de junio.
Miró en los paneles y vio su tren. Salía a las 5:38. Poco más de 20 minutos le quedaba para hacer algo, para actuar al fin.
El día de antes, un 15 de junio soleado y caluroso que empezaba a ajustarse más al verano que a la primavera, llegó a casa tras sus dos horas de clase, como cada viernes. Pronto iban a llegar las vacaciones y eso, en aquellos años, era como una bendición. Además, esta vez eran, si cabe, más especiales, puesto que era uno de sus últimos años como estudiante. Pronto acabaría la universidad, y con ella los sueños de juventud.
Desde hacía algunos años vivía solo con su madre, porque su padre había muerto un 15 de junio (tal día como aquel) hacia 10 años. No tenia hermanos, ni a ningún familiar vivo. Solo una madre. Una madre que no quería recordar la muerte de su padre. Una madre que desde entonces no era más que un fantasma y una sombra de la realidad, que se escondía de la luz y de las miradas de la gente, más muerta que viva. Una madre que desde ese día dejó de ser madre.
Llegó a casa, a eso de las 14: 36, con los libros en la mano y una gota de sudor invisible que caía por su espalda y los ojos entornados por los rayos de sol. Abrió la puerta y fue en busca de su madre, que siempre andaba husmeando por la cocina, el salón o por su habitación. Cuatro minutos más tarde, después de un reconocimiento minucioso por toda la casa, seguía sin encontrar a su madre y un sentimiento de preocupación mezclado con la perplejidad empezó a apoderarse de todos sus sentidos. ¿Dónde podría haber ido? Si nunca salía de casa…Cansado, sus pasos lo guiaron hasta la cocina es busca de un poco de agua que calmara su desaliento. Allí encontró una nota con la inconfundible letra de su madre, escrita con prisa. “Voy a buscar a tu padre.”
Al día siguiente, a las 5:36 en la estación central de tren, él, solo, como había estado la mayor parte de su vida, se encaminó hacia el andén número 3, donde a las 5:38 paró su tren, con su decisión irrevocable sobre los hombros. Puso un pie en el vagón, sin mirar atrás y sin remordimientos, desapareciendo de una ciudad donde ya no le quedaba nada más que él mismo.

5 comentarios:

ruyelcid dijo...

You Win!!!!!!!


¡Caracoles! Elena me encanta..

En serio de cuatro que hay ahora mismo es la más bonica
(amén de que algún día decida leerme la de El_Rafa y me guste más, ¿eh?)

Rafa Vera dijo...

Genial: triste pero esperanzador, conciso pero elíptico y con mil principios y continuaciones imaginables.

PD.- Raúl, mamón.

Anónimo dijo...

piruli, eleno.

(si le añades un 1 a las 5.38 es a la hora a la que sale el (fatídico) tren jiennense!).

Juanma Moreno dijo...

Chulíjimo

ruyelcid dijo...

Me cago en mi frenillo...bufff...que largo se me va a hacer leerlo en público!!!

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