Quijotes desde el balcón

viernes, 12 de marzo de 2010

"La última vez"



Todos se detuvieron. Todos volvieron la vista atrás.
-Ésta es la última vez que contemplaréis vuestra tierra.

El soldado, con el silbato chirriante ya desgastado y saliva manando de su boca, como si fuera la antesala a un gran banquete ante sí, iba gritando esa frase cada veinte segundos, mientras propinaba empujones a los que veía que las fuerzas le fallaban y el frío y la sumisión pesaban demasiado en sus espaldas.
La mayoría se volvían entre lágrimas silenciosas para dar una última mirada a "todas su vidas"; sus familias prisioneras, sus edificios ardiendo algunos, bombardeado otros, y simplemente desalojado los menos.

Estaba ya bastante entrada la noche, y el frío acuchillaba cada milímetro de piel de cada prisionero, aún a medio vestir por el miedo y el caos de la "gran cacería nazi" de esa noche.
El soldado, a base de empujones y gritos, acabó con su tarea y todos los judíos, y algunos sospechosos de serlo o colaboradores, estaban ya metidos en los vagones de esos dos oscuros y definitivos trenes.

Los prisioneros, apretados cuerpo con cuerpo para ocupar cada centímetro de los vagones, se miraban horrorizados entre ellos, viendo como sus caras temblaban, llenos de incertidumbre, e intentado expresar en sus llantos como el trabajo de toda una vida, el amor compartido durante tantos años y las familias formadas y criadas llenas de felicidad y bienestar, se habías esfumado en tan solo unas 3 horas. Y ahora se dirigían a ninguna parte o a lo que algunos ya, sollozando y murmurando abrazados entre lágrimas, llamaban los campos del infierno.

1 comentario:

Nono V. dijo...

Bueno. Después de ver tu propuesta y las que a día de hoy están ya colgadas, te digo que me encanta la tuya. Será por cercanía, o simplemente por empatía, pero es así. Suerte y a ver si te llevas el postre puesto. Saludos.

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