PENSANDO FRÍAMENTE
(Gracias a Alberto Ruiz, por unirse al maravilloso mundo de los relatos cortos y querer compartirlos)
El agua helada le cubría su labio superior, mirando fijamente a aquel grifo. Sus ojos húmedos, sin tocar el agua, miraban fijamente el horizonte blanco. Su cabeza trataba de concentrarse en seguir mandando impulsos nerviosos a sus músculos los cuales tiritaban y mantenían el calor de su cuerpo. Un calor que instante a instante iba perdiendo. Dos opciones, una fácil y otra un poco más complicada, dos caminos y ninguno de ellos equivocado. Frases y letras en su cabeza, cada letra tenía razón y lógica por si misma, pero poco o ningún sentido si se juntaban en el espacio entre sus hemisferios cerebrales. Apatía decorada por una risa imposible de controlar.
El grifo sigue goteando y su orificios nasales empiezan a sentir la humedad del liquido elemento. Su cabeza no sabe si dejarse llevar y cerrar los ojos o alzar la mano ya congelada por el agua y cerrar la llave. Sus pulsaciones cada vez más rápida intentan llevar la sangre a todas sus células, que piden ayuda como un niño a su madre.
La vida es así, nadie la controla y nadie es nadie para saber que iba a suceder aquello que sucedió. Y ahora qué;¿ alzar la mano y girar la rueda varias veces hacía la derecha?¿levantarse colocando las dos manos sobre el frío mármol de la bañera? Así lo hizo, colocándose su albornoz sobre la espalda y creyendo entrar en calor. Pero que frío hace y ya no estás aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario