Quijotes desde el balcón

miércoles, 2 de noviembre de 2011

El álamo blanco

Relato de Sandra Quero
El agua templada mojando la piel, el vapor en el cuarto de baño y el pijama limpio; ahora envuelta en el edredón Aisha  se revolcaba entre las sábanas, tratando de dormir, debatiéndose entre las sensaciones cálidas tan recientes y pensamientos del color del cemento.

Cierra los ojos tratando de dormirse; todas las posiciones son incómodas, no consigue relajarse. Ahora todo se vuelve negro.

La atmósfera cambia extrañamente y parece que han pasado varias horas y la presencia de una fuerza imperiosa: la obligación de la culpa, le hace levantarse de la cama sin plantearse esperar unos minutos.
 
Sale del dormitorio y al acercarse a la cocina una luz la inunda directamente en las pupilas; no entiende bien lo que está sucediendo, pero trata de centrar la visión en el fregadero, para limpiar los platos sucios que ha dejado su compañera de piso al marcharse.

Se frota los ojos, pero sigue deslumbrada, se pone los guantes de fregar y busca a tientas el estropajo que estaba escondido entre los cacharros… Abre el grifo y el agua corre como cualquier día, pero ella no puede verla; se esfuerza por limpiar a tientas. Entonces empieza a ver algo, comienza a ver el estropajo en sus manos. Intenta concentrar la vista al máximo porque lo que era verde ahora le parece ser negro, lo sostiene en la mano derecha y se empieza a dar cuenta de que está manchado con algo.

De repente la luz que se había metido en su mirada al despertar desaparece y contrasta brutalmente con la oscuridad de lo que está viendo en el fregadero. Apenas le da tiempo a asimilarlo y entonces una bocanada de bilis le llena la garganta. Todo está inundado de vísceras, cabezas, colas y escamas de pescados; las escamas llenan todos los platos y toma conciencia entonces de que más que limpiar, ha estado restregando toda esa inmundicia mientras ella creía que limpiaba.

En silencio se arranca los guantes tratando de no mancharse las manos de esa repugnancia, ahora la rodea la pestilencia más absoluta y como absorta se echa contra la pared tratando de buscar una explicación.
 
Un fuerte crujido resuena en el interior de la casa, entonces se pregunta dónde estará Sherin, su compañera, necesita hablar con ella urgentemente y explicarle lo que acaba de pasar…empieza a caminar lentamente hacia el patio, es de ahí de donde provenía en ruido y sabe que las respuestas están en el aire. Sus pasos son decididos y en ese momento está convencida de que todo es un aviso, algo terrible ha pasado y ahora va a descubrirse.

Cuando sale al patio es de noche y la luz de la luna blanca ilumina un álamo blanco que se derrama entre pelusas indeseadas por todo su alrededor. Entonces la ve. Sherin está sentada en el suelo, apoyada en la cadera con las piernas estiradas, está desnuda y su cuerpo color ébano refleja la luz. Aisha la mira fijamente a los ojos y le pregunta:  

- ¿Qué haces aquí?
- Shhh…Él está aquí abajo, encerrado -dice Sherín mientras introduce la mano por una trampilla entreabierta en el suelo.
 
Aisha comprende que el ruido de antes vino cuando esa compuerta se abrió.
 
Sherín sacaba puñados de cabellos; pelos rubios de una persona blanca enredados, y los apilaba a su izquierda, Aisha se queda quieta y callada ante esa visión. 

Sherín se levanta lentamente, se atusa el cabello trenzado y enciende una cerilla. Contempla la llama que recién empieza a vivir y la arroja sobre los cabellos del suelo para que ardan y se consuma hasta que al final sean cenizas.

Vuelve a clavar la vista en Aisha y le dice tranquilamente:
 
- No me quedó otro remedio, tuve que encerrarlo ahí por mancillar la memoria de las que sufren.
 
En ese momento Aisha es golpeada en la cabeza. Cuando abre los ojos está en la cama, y el golpe que ha sentido es producido por el teléfono móvil que vibra en la mesita de noche.
 
Una pesadilla puede estar ahí cada noche.
 
Cada noche que una pesadilla está ahí algunos cambios van a venir a por ti.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por todo de verdad!!! es maravilloso este espacio que Raúl planea siempre para el grupo, que el amor por la literatura prevalezca siempre!!

Lecturas recomendadas:

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Mucha luz
SaNdrA 333

ruyelcid dijo...

Raúl & Co. ( sin todos vosotros sería imposible)

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