Imposible Escapar
(Mario Lopez Nieto)
Era imposible escapar de
allí, aquel pasillo parecía interminable, y el miedo…no me dejaba andar todo lo
deprisa de lo que en ese momento quisiera.
Notaba su presencia, cada vez mas cerca, cada
vez mas oscuro, cada vez…. mas silencioso…
Solo quería escapar, escapar de ese lugar, y no
sabia como, así que…me abandone a su voluntad.
Nunca he sido una persona
valiente, de hecho mas bien me considero algo cobarde, si, ese soy yo, pero esa
vez era diferente, no temía lo que pudiera pasarme, era una sensación extraña,
la que, metida en mi cuerpo, hizo que me dejara atrapar.
De un momento a otro las
luces parpadearon una y otra vez, y se proyectaron imágenes en algunos objetos
en la habitación, aterrorizado cogí el
teléfono… pero cual fue mi sorpresa… no pude marcar numero alguno, pero sin embargo
el teléfono sonaba como si lo hubiera hecho y cuando por fin alguien contesto,
lo hizo con una voz sobrenatural,
misteriosa y aunque no logré entender lo que decía, presentí que esa voz
intentaba prevenirme de algo…o alguien… del terror colgué. Mis ojos se llenaron
de miedo, sentía y oía una presencia que gritaba de terror, una oscuridad brumosa se fue apoderando de la
habitación, y un golpe seco se escucho en la puerta, en ese momento sentí mi alma abandonar mi cuerpo, me avalancé hacia la puerta fue
entonces cuando observé que el pomo giraba, la puerta se abrió, y al otro lado
,me encontraba yo, por unos minutos no
pude moverme ni decir palabra alguna, un frío gélido me invadio y me mantuvo
paralizado hasta el momento en que note un golpe de calor alrededor de mi cuello, noté entonces quejgfn la sangre
salia borbotones y aunque con mis manos intentaba pararla no cesaba de salir. Pasaron las horas y de
repente me desperté, me mire y no tenia marca alguna, pensé que todo había sido
un sueño.
Corrí a casa para contar el extraño sueño a
mis padres, pero al llegar a casa encontré mucha gente, toda vestida de negro,
me acerque a mis padres pero no me oían… aún que les gritaba, corrí a mi cuarto
y al entrar vi el ataúd, ese ataúd en el que yo me encontraba, degollado…
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