Relato de Alfredo Luque
...recibiste en silencio tu destino... |
Llegaste igual que te fuiste, en silencio, tranquila. Recogida en el bolsillo del delantal de mi madre, que aún no tenía canas, y lucía su rostro con una brillante sonrisa al recibirte.
Negra de pelo. Brillante como el sol de la primavera.
Con apenas un mes, te desbaratabas en el regazo. Tus ojillos chispeaban una vida ahora arrebatada por el injusto cáncer. Sí; Los perrillos tambien padecen cancer. Ese traidor enemigo invisible.
Tu alegria cuando me olías y me veías, de higos a brevas, cuando estudiaba en esos Granás... Nunca te impidió reconocerme, ni aún en la oscuridad del patio de casa.
Tan nerviosa... tan juguetona... como siempre.
Y ayer te me fuiste del regazo, para siempre en un suspiro. Sin llanto, sin dolor. Valiente. Recibiste en silencio tu destino. Mucho más que los hombres. Nunca pediste nada a cambio y lo diste todo. Mi dulce Luni.
Siempre te querré alla donde te encuentres. Algun dia nos veremos y ya nunca más tendrás que retorcer el rabillo de alegria, pues no me debes nada, pues yo si te lo debo todo.
Adios mi preciosa amiga. Duerme bien. Descansa en tu cojincillo verde agua, remanso tranquilo de tu eternidad...
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