Estamos de vuelta. Comienza un
nuevo curso escolar. Vuelven los niños y los jóvenes a las escuelas e
institutos. Los padres parecen aliviados de que sean los educadores quienes
tengan a sus hijos durante parte del día. Todo un verano educando a base de
móviles, consolas, tablets y WhatsApps es agotador. Ya están de vuelta en las
aulas. ¡Qué alivio!
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Volvemos a volver. Ya estamos de vuelta.¿O seguimos donde estábamos antes de las vacaciones? |
Vuelven. Vuelven los
pirómanos. No serán los mismos de años pasados en Galicia, pero su proceder
impune es el mismo en Gran Canaria. Vuelve a quemarse España. Pero, ¿queda algo
por quemar? ¿Algún bosque, algún parque nacional? Aún están candentes las
ascuas de Gran Canaria: vuelven el fuego, los incendios, la impunidad y el
olvido hasta el próximo fuego.
Vuelven a prender fuego los
incendiarios que no son detenidos, sobre los cuales no recae ninguna pena.
Quedan consumidas cientos de hectáreas de árboles, de bosques, miles de
desalojados de sus casas que tras el incendio vuelven a sus casas. ¿Vuelven a
crecer los árboles? Sí, claro, tras decenios. ¿Quién se beneficia de esos
fuegos? ¿Hay alguna forma de evitar que al año que viene vuelva a quemarse otra
región?
Vuelven. Vuelven las muertes
de mujeres. Igual que el año pasado y hace una década de forma continuada.
Imparables. Volvemos a tener la duda de cómo denominarlas: ¿Violencia de
género?, ¿violencia de sexo?, ¿violencia machista? Muerte. O mía o de nadie.
Vuelven las ideas ancestrales, las manifestaciones tras la muerte, los lazos,
los símbolos, las declaraciones, las cifras. ¿Hay forma de impedir que mañana
vuelva a morir una mujer asesinada por un divorcio, por un mal querer, por
despecho?
Vuelven. Vuelven las pateras a
cruzar el Estrecho, los barcos llenos de migrantes a transportar seres
desesperados. Vuelven las mafias a hacer su agosto, los gobiernos a buscar
soluciones. Vuelven los muertos en el mar.
Vuelve. Vuelve la sequía en
Andalucía. La misma que nunca se ha marchado, la que está con nosotros desde
hace décadas, resecando campos, desertizando paisajes. Meses y meses sin una
gota de agua. ¿Volverán las restricciones y los cortes de agua que conocimos
antaño? ¿Hasta cuándo aguantarán los acuíferos y el descenso del nivel de los
pantanos?
Sí, vuelven. Vuelven a bajar
las reservas hidráulicas en pantanos y en acuíferos del subsuelo. Seguimos
sacando agua para regar campos porque de lo contrario los olivos no producirán
aceituna, porque si no la cosecha será exigua. Vuelve a avanzar el desierto por
toda Andalucía.
Vuelve. Vuelve a subir nuestra
deuda pública, histórica. Dicen que ya es de 1,21 billones de euros. Seguimos
gastando descontroladamente. Diecisiete taifas, perdón, autonomías, son muchas
y el gasto es imparable. Pero, ¿se racionalizará ese gasto?, ¿Dejaremos de
echar mano al dinero de la hucha de las pensiones? ¿Quién las pagará mañana?,
¿Hay un mañana para las pensiones?
Vuelven. Vuelven a reunirse
algunos partidos para negociar, para tratar de llegar a acuerdos que permitan
formar gobierno, sea de coalición, de cooperación, de concentración, de
cohabitación o de conchabación. Gobierno provisional. ¿Y qué no es provisional
en España? ¿No son provisionales los puestos de trabajo? ¿Los salarios? ¿La
salud de la población?
Vuelve. Vuelve a haber una
infección general. Antes fueron las vacas locas, ahora parece llamarse
listertiosis, de la bacteria listeria monocytogenes. El resultado es el mismo:
enfermedad, abortos y tal vez muerte. ¿Pero no se controlaba la calidad de los
alimentos que consumimos? ¿Cómo es ese control? ¿Es eficaz? ¿Estamos a salvo de
contagios masivos?
Estamos de vuelta sin habernos
marchado. Estamos en el mismo sitio y con los mismos sucesos o muy similares a
los del año pasado, a los de hace dos, tres, cuatro años atrás. Volvemos a
tropezar en las mismas piedras que tropezamos. Volvemos a volver. Ya estamos de
vuelta, ¿o seguimos donde estábamos antes de las vacaciones?
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