Quijotes desde el balcón

jueves, 23 de abril de 2020

Los libros, trozos de vida

Purificación Molina Rueda y Ricardo San Martín Vadillo





Todo empezó el día en que, por voluntad propia, decidió coger aquel libro de Miguel Delibes: El príncipe destronado. Comenzó a leer con desgana, más por tedio que por obligación. Sus ojos recorrían las líneas del libro y después de dos páginas se dio cuenta de que la historia le había atrapado. Sintió que estaba viviendo con Quico el despertar de aquel día, que estaba en su habitación y percibió. Estaba solo en su “el resplandor que se filtraba por el cuarterón mal ajustado, de la ventana. Con la luz se dibujaba la lámpara de sube y baja, de amplias alas” cuarto, leyendo aquel libro que hace tiempo le habían regalado y que nunca se había molestado en abrir hasta aquel momento. Y de pronto, le pareció no estar solo, creyó ver a la Vítora que decía: “Me parece que llama el niño”. No podía ser, aquello no era real. Lo real era su cuarto, su casa y su pueblo. Lo real eran sus amigos,  su colegio. Eso sí era real. Quico y la Vito no podían ser reales, no existían, ¿o sí?
En alguna otra parte de Jaén, en fechas bien recientes, otra persona- de nombre Manuel, Josefa, Tomás, María  -qué más da-, lee un libro de Gabriel García Márquez: El general en su laberinto: El general se agarró sin fuerza de las asas de la bañera .../... –Vámonos -dijo. Volando, que aquí no nos quiere nadie”. El lector percibe que lo que lee es real, es actual, es preciso y precioso, e imagina al general Augusto Pinochet en su obligado destierro londinense esperando una decisión de los lores británicos. Siente el general sobre su cogote el aliento fantasmagórico de los “desaparecidos” durante su mandato y piensa -no que no le quiera nadie- que tiene sus partidarios en Chile, pero que la opinión internacional y una justicia más ecuánime y universal que la de su país pueden hacer realidad lo que nunca llegó a imaginar cuando dictaba órdenes. Sabe ahora que el otoño de su vida estará acosado por los espectros de toda su represión política. Literatura y realidad tan unidos.
Ese mismo lector tuvo entre sus manos, hace meses, el libro de Aldous Huxley: Un mundo feliz, y rememora la impresión causada por aquel fragmento del libro: “Hombres y mujeres estandarizados, en grupos uniformes. Todo el personal de una fábrica podría ser el producto de un solo óvulo bokanovskifado.
- Noventa y seis mellizos trabajando en noventa y seis máquinas idénticas! -La voz del director casi temblaba de entusiasmo- . Sabemos muy bien a dónde vamos”.
No, él/ella no está muy seguro/a de a dónde puede conducir esta experimentación científica. Una vez más la literatura, la fantasía fue por delante de la realidad, todo parecía ficción cuando Huxley escribió su libro pero hoy ya es plausible que los límites de lo que la ciencia puede hacer han sido extendidos y no sabe muy bien qué puede venir después de haber visto la foto de la oveja clónica Dolly en los periódicos. Dolly el primer ser vivo “copiado” genéticamente al 100% de otro ser vivo. Todo estaba recogido en los libros “de ficción”.


El estudiante de Secundaria, de nombre Ramón, Rosa, Felipe o Felisa, ha leído como parte de su programa escolar El Lazarillo de Tormes. Disfrutó de lo lindo con muchos pasajes y ahora recuerda aquel fragmento tan actual:Todo lo que podía sisar y hurtar traía en medias blancas, y cuando le mandaban rezar y le daban blancas, como él /su amo el ciego/ carecía de vista, no había el que se la daba amagado con ella, cuando ya la tenía lanzada en la boca”. No fue mal pícaro aquel Lázaro -piensa el estudiante- cuyo autor anónimo contó sus hechos y andanzas en el siglo XVI, mas en estos nuestros tiempos (años 1982 a la presente) otros tantos presuntos pícaros: roldanes, guerras, condes, olleros, rubios, urdangarines... han visto acrecentada su fortuna por arte de maletines, convolutos y mordidas. Nada nuevo, todo cuanto de humano tiene nuestro comportamiento está recogido en los libros desde hace siglos.
Pero no piense el lector que todo debe tener una visión negativa de lo contenido en los libros. También los más nobles sentimientos y acciones humanas están reflejados entre las hojas de una novela, poema o ensayo. Ese clásico moderno que es El nombre de la rosa de Umberto Eco así lo recoge: Oh, el amor tiene efectos muy diversos; primero ablanda el alma, luego la enferma... Pero más tarde ésta siente el fuego verdadero del amor divino, y grita, y se lamenta, y es como piedra que en el horno se calcina, y se deshace y crepita lamida por las llamas”.
Leer este fragmento es como tener al lado la obra caritativa, de entrega desinteresada de la madre Teresa de Calcuta y la de tantas otras personas entregadas a la ayuda altruista a sus semejantes en países del Tercer Mundo. Benditas sean.
Para reflejar el amor sensual leamos Romeo y Julieta o La Celestina, con la pasión de Calixto y Melibea. Qué no decir del libro de Pablo Neruda Cien poemas de amor y una canción desesperada. Lo mismo me sirve como ejemplo, lector, un fragmento de su libro Cien sonetos de amor:No te quiero sino porque te quiero / y de quererte a no quererte llego / y de esperarte cuando no te espero / pasa mi corazón del frío al fuego”.
Libros: palabras para narrar, para describir amores, llantos, temores y esperanzas. Humanos sentimientos: la duda en Hamlet, los celos en Otelo, la ambición en Macbeth, la generosidad en Misericordia. Ah, libros: trozos de vida.
No me digáis que los libros sólo contienen fantasías, historias inventadas, imaginaciones de la mente. En literatura como en el arte, no se sabe muy bien quién imita a quién: el libro a la realidad o la vida a las novelas. Ah, los libros contienen retazos de vida y son tan reales o irreales como nuestro diario acontecer.
¿Acaso es más real un documental televisivo de Jacques Cousteau que las escenas de 20,000 leguas de viaje submarino? Tal vez no existe un terror similar entre lo que seres “humanos” hicieron con Ortega Lara o lo que otros hicieron con la farmacéutica de Olot y el escalofrío que nos producen libros como Frankenstein o Dr Jekill y Mr Hyde? ¿Pensáis que es más fabulosa la reciente noticia de la vuelta al mundo del globo Breitling Orbiter 3, que la aventura descrita en su día por Julio Verne?
Libros y vida están íntimamente relacionados y beben uno de otro. Mientras leemos vivimos otras vidas, lo que otros antes  vivieron quedó plasmado en libros, lo que hoy nos toca vivir fue imaginado, tiempo ha, por la literatura de anticipación.
Quienes amamos los libros y lo que representan, no debemos temer un futuro amenazado por la televisión, el video, Internet o los CD ROMs. Los libros son trozos de vida y como ésta, son una parte consustancial de la historia venidera del Hombre.
(Artículo publicado en La Tregua, año 2008, nº 4, pp.50-51).

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