Quijotes desde el balcón

sábado, 11 de julio de 2020

Xs



Tarde o temprano acaban apareciendo, como animales clasificación ni nomenclatura en cada una de nuestras vanas conversaciones. Aquella tarde-noche ya, según quien lo cuente, tocaba rematar al ex de Esperanza (“Espe” de aquí en adelante).


"las peladas"


"Las peladas", así nos llamábamos entre nosotras cuándo quedábamos para echar un café sin pelos en la lengua, cosa que se nos daba de miedo, estábamos, aquella tarde de verano entrante, en la terraza-buhardilla de nuestro café-pub habitual. Nos subíamos entre saludos, risotadas y miradas hacía el dueño, solamente para que con el reconocimiento facial humano supiera que servirnos. Ya escaleras arriba precalentábamos el horno para el palomo que tocara brasear. Ya sabíamos todas de antemano que Miguel Ángel era el elegido pues la susodicha ex tenía nuevo fuego y destrucción contenido hacia su persona. 

    — ¿Todas lo habéis visto, no? –Soltó rápida Espe antes de que alguna tirara de ego y sacara su propio tema de conversación.

   — Si, si, si, si… contestaron todas en forma de susurro y movimiento de cabeza en señal de indignación.

    — Y en todas las redes. –Añadió Espe. Instagram, foto y story, la misma en Facebook y en twitter con el puto hashtag ese que tanta gracia les ha hecho a sus amigotes: #todopuedepasarenlasalturas. Pues también te puedes tirar de un tajo bien alto y dejar de dar por culo de una vez. –Casi gritó ya la afectada en el café de hoy.

    — No sé, a estas alturas, de que te sorprendes ya, Espe. Te lo hemos dicho un montón de veces: “Picha caliente no mira a la gente” y sabes que a Miguel Ángel le costaba muchísimo controlar ese tipo de chominá; piropillos andaluces que los llamaba el capullo.

    — Pero, Yo daba por hecho que con los años de novios que llevábamos esos descaros se le irían pasando. 

    — Pues ya has visto que no. Nosotras por respeto no te decíamos nada… pero es que a veces nos daba hasta cosilla como nos miraba y nos echaba el brazo por lo alto con la confianza de la amistad de siempre. No sé, Espe, es que ahora, a toro pasado y en caliente ya nos sienta hasta mal pisar por donde pisa. Lo siento si te duele que te lo digamos. Lo de las fotos que ha subido no es más que una hostia más de realidad que te llevarás día tras día hasta que veas que NO HAS PERDIDO NADA.

 Mira a Marisol misma. Lo mejor que le pudo pasar fue llevarse el baño de realidad de golpe. A los dos días de dejarlo con el bueno de Juan, con “el muerto aún caliente”, se lo encuentra pegándose el lote al volver la esquina de la calle, sin necesidad de esconderse de nadie ni pudor ninguno, como si estuviera deseandico de pillar la libertad para tirarse hasta a los semáforos. ¿Qué paso? Que Marisol lo pasó fatal ¿eh Marisol? Pero ese jarraco de agua fría le cambió la mentalidad para siempre, ahora es mucho más fuerte, más segura de lo que quiere y sabiendo llevar el timón de su propio barco.

   — ¡Joder! Hoy me estáis dando caña gratuita ¿eh? La última vez que quedamos no estabais tan leñeras con Merce y también estaba regular con su novio. 

   — Mujer, no compares. Merce estaba pasando unos días regular de ánimos porque decía que José parecía que había perdido la ilusión por hacer cosas en pareja. Y, mira tú, que sorpresón se llevó, el destino parecía que había estado leyendo su mente y transmitiéndoselo a José. Cruceraco que le ha regalado por los fiordos, justo lo que ella llevaba años diciendo que le encantaría haber hecho en su luna de miel y les fue imposible. Pero, Espe, en lo tuyo no hay por dónde poner la tirita para que no sangre. Lo tuyo está ya cortado y pelado. El asqueroso se ha bajado la bragueta y hasta que no encuentre a alguien sin escrúpulos y el estómago tan ancho como el que él tiene para que se la suba no para.

   — De verdad que me voy de aquí mala ¿eh? No sé yo que es mejor, vivir en mi acera de posibilidades y remiendos o echarme a la carretera de jarros de agua fría y crueles verdades que me tiráis encima cuando quedamos. -Sollozó Espe conteniendo malamente las lágrimas.

    — Venga Espe. –Le dijo Elena en voz baja mientras la abrazaba. Tú tienes aquí a tus “pelaillas” siempre que nos necesites. Vamos a estar contigo hasta vaciarte to el veneno que el cabrón este te ha dejado por dentro. Prueba la tarta de limón que ha traído Marisol, que esta es experta en levantarnos el ánimo a base de pastelacos sin miramientos.

   — ¡Muchas gracias a todas! Sé que todo lo que me decís lo hacéis por mi bien. A ver si aprendo a andar de nuevo sin tener que pensar en hacía quien se dirigían todos mis pasos. Yo creo que Miguel Ángel en el fondo no es malo, lo que le pasa es que no sabe vivir sin ser lo que él cree que los demás quieren que sea. Eso es muy triste y mira lo que ha traído a nuestra relación. Bueno ¡qué le den! ¡Gracias, de verdad! –farfulló ya con la boca llena de tarta. Ya sabéis hoy pago yo. Como siempre, la que enciende el fuego del pollo que vamos a asar ese día es la que paga. ¡Jajajajaja! –acabó Espe riéndose de sí misma.

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