Quijotes desde el balcón

martes, 1 de noviembre de 2022

EL FINAL DE MI BODA_por Lourdes Siles Atienza

 


Lo vestí con sus mejores galas, escogí el traje de boda que llevaba guardado tantos años y que pensaba regalar desde hace ya algún tiempo.

Puse nuestra música favorita, la que siempre dijimos que era nuestra canción.

Después de todo, no quedaba tan mal en ese sofá deshilachado en contraste con su traje azul. Los zapatos se perdieron en la mudanza pasada, pero le puse sus deportivas favoritas. Esas que yo tanto odiaba.

Encendí diez velas, una por cada año que pasaba con la esperanza de que los siguientes meses mi deseo se cumpliese y todo fuese a mejor.

Las coloqué formando un corazón, y cuando estaban lo suficientemente derretidas, las derramé sobre el tapete dibujando el nombre de mi más ansiado deseo: Mateo.

¿Le podrá pedir perdón? ¿Se lo aceptará? Me preguntaba mientras me entraban las prisas.

Siempre me he arrepentido de esas cosas que nunca hice, como por ejemplo de dejarlo plantado en ese altar mientras mi padre me miraba con rabia, obligándome a mantenerme firme. También me arrepiento de aquella vez que pude escapar hacia la libertad, con esa persona que más que humano parecía Ángel y quería concederme todos mis anhelos.

He pasado media vida arrepentida de las cosas que no hice, pero hoy puedo decir que mi mayor arrepentimiento es no haberte hecho esto antes.

Termino de cerrar la maleta y tiro a la basura mi ropa teñida de sangre sin preocuparme de quién la encuentre y te dejo las llaves sobre la mesa, yo sí te doy la libertad de huir.

Coloco mis dos yemas sobre tus puentes azules, y siento que ya es demasiado tarde para echarte de menos. La mancha de la cocina desaparecerá en unos años y otra familia llenará de vida esta casa que tanto me consumió. Mientras tanto dejaré que el diablo te pille por sorpresa, yo intentaré recuperar eso que me quitaste de mis entrañas.

¿A quién quiero engañar? No quiero irme a ningún sitio, me pondré mi vestido de boda y todo acabará donde empezó. Pues llevo muerta todos estos años y no me había dado cuenta.


Espero encontrarme contigo, Mateo.

Te quiere, mamá.




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