Yo vi al silencio cara a cara,
cuando la calle empapada
nos hacía cómplices de una huida
pactada, desde la ingenua calle
que resguardaba infalible
todos nuestros secretos,
pude verlo, vulnerar las horas y
sentirme sitiado por la elocuencia
del árido papel
que rasgaba mi garganta
hasta la más absoluta complacencia.
Sentirme sitiado por la elocuencia |
Yo vi al silencio cara a cara,
a través de los cristales
a pesar del quejido del roble
y de la duda del infante
que aclamaba sueños sin dueño
para habitarlos.
Dinosaurios con bondad y
dibujos anegados de vida carcelaria,
Jamás pensé en la eternidad
de las páginas; siempre será presente
aunque yo abra el pasado de sus vientos,
y nunca y siempre recordaré
que yo vi al silencio cara a cara.
1 comentario:
Muy buena, Jorge.
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