...la de la luna ajena |
se despierta al café de aroma tibio,
se zambulle en la bulla con alivio,
mata el ardor con su canción serena.
El canto de la sombra que refrena
los silencios, el sopor del sacrificio
del que ya no conoce el artificio,
y persigue al chimpún de una verbena.
Es julio, el de las mantas reservadas,
novio de canículas, sin vergüenza,
que hoy quiere reventar en mil palabras.
Con versos de poetas que no lo eran:
de julio, el de las reservadas mantas,
se riega dulcemente, hoy, su Huerta.
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