por Jorge Romero Aranda
Ahora que somos enero,
entre el arrullo del aire
que despereza el mar
en la distancia del anhelo,
se oculta la vida olgada
detrás de la nieve.
Ahora que somos enero,
se despliega borboteando
el agua entre la espera,
y tú, te limitas al sol
sobre el salitre del recuerdo
que adormece la luz de tu silencio.
Ahora que somos enero,
la misma calma te penetra
sobre la sábana fiel del entresijo,
y doblega el suspiro
y amenaza risas de alcoba,
jugoso enero de cuerpos y aire,
que se llevan lo pasado
entre las levas de algodón
de una memoria urbana.
Ahora que somos enero,
húmedas tus pupilas
del aliento en mis espejos,
entre la luz como un recuerdo
allá, donde todo fue todo,
otra simple conducta del desenfreno
sobre la nieve escarcha del deseo,
ahora que somos enero.
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