Quijotes desde el balcón

lunes, 28 de mayo de 2018

De casta le viene al pato

por Raúl Góngora

Aquella tarde, durante la reunión para la revisión y puesta en común de los exámenes y análisis del día 5, la tierra tenía un color mucho más anaranjado, tirando a rojizo de lo habitual. Lo primero que hacíamos cada tarde al reunirnos era quedarnos un par de minutos  pensativos, mirando la insignificancia de aquella pelotita lejana.

Tras aunar la actividad del día en el correspondiente informe, procedimos a informar a nuestros coordinadores en la ESA (Administración Espacial Europea):
- Hope 1 a Hope 0, procedemos al informe, cambio. Dejamos pasar los 15 segundos de rigor y de nuevo repetimos a llamada a la base de operaciones. Era la primera vez que se demoraban más de la segunda llamada. Nuestra estación de comunicación estaba en perfecto estado, como reflejaba el informe diario de nuestro experto en comunicación global.
- ¿Qué tendrán liado allí abajo? –suspiró en voz casi inaudible Emery López. Dirigiéndose al resto de tripulación, que contemplaban como el rojizo de la tierra, su tierra, envolvía ya todo el planeta.
- Pruebo una vez más y pasamos al canal de llamadas de emergencia.
- Hope 1 a Hope 0, contesten cambio. Hope 1 a Hope 0 ¿Algún problema allí abajo? Está la tierra como si estuviera recién sacada del grill de un microondas. Contesten por favor.
- Grabando: Emery López. Experta encargada en sistemas de comunicación desde la estación experimental Hope 1, procede a activar la llamada de emergencia internacional espacial. Esperando respuesta. Hemos perdido contacto con nuestro guía en la tierra. Esperando respuesta. Cambio y corto.
Pasaron unos minutos donde la incertidumbre mantenía a toda la tripulación pegado a aquel catastrófico mosaico de tapetes rojizos a lo que siempre habían llamado su casa.

El sistema de emergencias detectó una respuesta de sus homólogos astronautas japoneses.
- ¿Sois los últimos en enteraros de toda la galaxia? -decía el mensaje de respuesta-. El resto de países con representación espacial en estos momentos ya están intentando aunar comunicaciones entre ellos y colaborar para ver cómo podemos aguantar aquí arriba lo suficiente hasta que sea posible un descenso seguro. Es una pena lo de nuestros colegas estadounidenses que volvían de 5 años de trabajos de investigación y recogida de muestras en Marte. Les pilló el día el día del pato en pleno descenso hacía la tierra. Ya nadie sabe nada más de ellos tras la despedida amistosa que compartieron hace 3 días.
- ¿Día del pato? -preguntaron desde Hope 1.
- Sí. Los astronautas rusos llamaron así al día que el tonto de Trump, de Donald Trump, dio luz verde al lanzamiento de misiles nucleares contra Corea del Norte. Al mediodía del 24 de mayo del año actual. Trump, saltándose conversaciones futuras y protocolos de actuación pacífica planeados con Corea del Norte. Lanzó dos misiles nucleares a lo que, a escasos segundos del lanzamiento de misiles nucleares desde el país del pato Donald, Corea contestó con sus misiles más contundentes. Eso es lo único que sabemos. Lo demás, lo podéis ver desde vuestros ventanales, color rojo, incomunicación y esperanza de vida casi nula.
Desde aquí, desde el espacio, donde las banderas se pierden en la infinitud de las estrellas, donde la inmensidad nos recoloca en la absurdez geográfica, hago un llamamiento a todas las personas que estemos estos momentos en misiones espaciales, sin importar antiguas rivalidades políticas, ni intereses egoístas de nuestros gobiernos. ¡Aguantad, alargando al máximo posible la duración de vuestras respectivas misiones! Aguantad meses años, lustros, algunos tenemos vitaminas y micro alimentos especiales para ello. Y, despido este mensaje de luz y oscuridad con un pensamiento escandaloso al principio, pero esperanzador y único en su fin. Los que tengáis la tripulación con astronautas de ambos sexos. Haced todo lo posible por crear una próxima generación. No sabemos cómo acabará esta tragedia mundial a la que unos cuantos drogados de egoísmo y poder nos han condenado, ni si se podrá empezar de alguna otra manera la vida futura en la tierra, pero ante la mínima posibilidad nosotros y nuestras semillas recién creadas tendrán que renacer o desaparecer para siempre. Cambio y Corto.

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