Lo
entiendo, con profusividad;
el
agua es el vehículo con el que ando el camino.
Una
lágrima cristalina cae sobre tu fotografía
las
manos suaves, papel de cebolla
decoradas
por el tiempo, la sostienen temblorosas.
Una
gota de emoción cae sobre tu fotografía
negro
y blanco, pegado al cartón
recuerdo
de amor…-¡Eso será para ti!
porque
yo agradezco sentirlo aún vivo en mí.-
El
espejo del tocador te dibuja la mirada
la
forma de sonreír, el empuje de la respiración.
Se mantiene y eso sostiene.
Una
gota de lluvia cae sobre tu fotografía,
ahora
lo entiendo, con profusividad,
porque
el olor es el mismo
y
el brillo de la mirada no se retoca,
pero
tampoco se deja maltocar por el viento
ni
por las estaciones.
¿Te
acuerdas? Así lo explicó una faraona
desde
su pirámide lunar.
Te
pongo la servilleta sobre el pecho,
aunque
la comida no sabe igual,
sí
que puede manchar la blusa.
Una
lágrima cristalina cae sobre tu fotografía,
la
luz capta un instante, el brillo siempre perdura.
Una
gota de emoción cae sobre tu fotografía,
solamente
una butaca, donde podría haber un sofá de dos plazas.
El
espejo del tocador te dibuja la mirada,
la
forma de sonreír, el empuje de la respiración.
Se
mantiene y eso sostiene.
Una
gota de lluvia cae sobre tu fotografía,
ahora
lo entiendo, con profusividad,
estoy
al principio del camino,
agradecer
abre el ventanal, para que entre la esperanza.
No
espero nada. No sería verdad.
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